Tras haber preparado el espacio de trabajo, ahora debemos preparar nuestra herramienta para trabajar: el cuerpo. Para ello, Yoshi Oida presta especial atención a los orificios de nuestro cuerpo:

  • El ojo: es una parte fundamental de nuestro cuerpo, se suele decir que es la ventana del alma. De hecho, en cine, es el elemento principal del actor.

Los ojos nos sirven para mostrar nuestras emociones (“para expresar atractivo sexual, se emplea la mirada de soslayo más que la mirada directa”), crear imágenes más allá del escenario y evaluar la importancia de los momentos y personajes que nos rodean (“elegir nuestra me-sen o línea de ojos – enfocar o desenfocar nuestra mirada en todos sus niveles – y dirigirla donde consideremos, por grado de importancia).

Oida nos aconseja la manera de prepararlos para tenerlos activos en escena:

“Sumergimos la cara en un recipiente lleno de agua (tibia), abrimos y cerramos los ojos varias veces, mirando arriba, abajo, a la derecha y a la izquierda y después los movemos en sentido circular. Después de haberlos lavado les aplicamos un masaje. Con los ojos cerrados colocamos las palmas de las manos sobre los párpados y presionamos suavemente los globos oculares”

(Oida, 1997)

  • La nariz: tener unas narinas despejadas es imprescindible para contar con una circulación del aire libre. Si las tenemos bloqueadas podemos sobrevivir respirando por la boca pero no es conveniente puesto que dicho bloqueo afectará a nuestra capacidad de atención y de pensar con claridad.

Cómo tener una nariz dispuesta para la acción:

“Colocamos los dedos a cada lado de la parte superior de las narinas y movemos suavemente los dedos hacia el puente de la nariz. Sigamos desplazándolos de arriba abajo” (Oida, 1997)

Un dato curioso que proporciona Oida en su libro es que, cuando estamos cansados movemos nuestras manos arriba y abajo por encima de cada lado de la nariz de forma instintiva.

  • Las orejas: para preparar las orejas debemos presionar los lóbulos con nuestros dedos y moverlos en todas las direcciones posibles. Después presionamos el oído con la palma de la mano y, al cabo de tres segundos, soltamos. Después, también con la palma de la mano, doblamos la oreja hacia el interior y damos golpecitos a la base de nuestro cráneo con los dedos.
  • La boca: mantener los dientes así como las encías siempre limpias. Para estimular estas últimas, volvemos a recurrir al masaje Damos golpecitos suaves debajo de la nariz, los pómulos y el mentón.
  • El ano: Yoshi Oida afirma que es el punto de partida de la energía corporal.

En las artes marciales siempre se suele mantener apretado para evitar que se genere tensión en el cuerpo y para que no se escape la energía. EL autor no recomienda tener la zona apretada durante todo el transcurso de la interpretación pero sí durante los momentos álgidos de emoción o esfuerzo físico. De esta manera, conseguiremos un movimiento limpio y contundente: por ejemplo, cuando  queremos propinar el golpe definitivo o cuando vamos a utilizar la voz con toda su potencia.